Cuando hablamos de reformas integrales hacemos referencia a la transformación de una vivienda, es decir, que dentro del procesos se abordan los diferentes espacios que la conforman, como por ejemplo, la cocina, las habitaciones, la sala, el comedor, los baños, e incluso las áreas exteriores de la misma.
Si bien es cierto que el concepto de reforma integral aborda la totalidad de los espacios, en la realidad puede estar circunscrita a sólo algunos de ellos, de esta forma podemos trabajar en la transformación de la cocina y habitaciones, o en los baños y la sala, o cualquier otra combinación posible.
Bajo este concepto, hemos querido desarrollar el siguiente artículo en un marco de completa amplitud, donde se aborden integralmente todos los ambientes que conforman una vivienda.
Las reformas de pisos ocurren generalmente en viviendas antiguas donde muchos de sus elementos constructivos han cumplido su vida útil, sin embargo, estas modificaciones también pueden generarse por el simple hecho de querer cambiar o modernizar la estética del lugar.
En este sentido, cuando abordamos las reformas integrales de pisos debemos tener claridad sobre el por qué la estamos haciendo y hacia donde queremos enfocar el diseño arquitectónico, y de esta forma mantener un equilibrio estético que ponga en sintonía los gustos y las necesidades de sus habitantes.
Bajo este enfoque, es imperativo contratar los servicios de una empresa de reformas integrales con experiencia, y sobre todo con un equipo humano que entienda a la perfección los requerimientos y las exigencias que este tipo de trabajo amerita.
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Las reformas integrales son procesos complejos que ameritan preparación, organización y seguimiento, si bien es cierto que es un trabajo “rutinario”, es decir, que se realiza de forma continua, la verdad es que cada reforma es única, ya que no sólo involucra al espacio a reformar en sí, sino que además amerita la aprobación de las personas que lo habitan.
Con esto en mente, debemos hacer una clara diferenciación entre lo que piensan los diseñadores y arquitectos, y como estos logran interpretar las necesidades de los residentes. De esta manera, la primera acción a desarrollar en una reforma integral, está dirigida a entender las exigencias de los propietarios y crear un diseño que esté en sintonía con lo que piensan.
Cuando esto se logra, el camino de la reforma será mucho más fácil y se desarrollará con mayor fluidez. Por esta razón, es muy importante contratar los servicios de profesionales que sean capaces, responsables y que además sepan escuchar a sus clientes.
La reforma integral de una vivienda es un trabajo complejo que requiere de mucha planeación y organización, sobre todo, cuando esta ocurre en lugares muy poblados, como por ejemplo, dentro de un edificio o en una urbanización.
De esta manera, la primera etapa de toda reforma integral debe estar enfocada a diseñar un plan de acción que involucre todas las fases del proyecto, desde la elaboración del diseño arquitectónico, hasta la limpieza y recolección final de los escombros.
Con esto en mente, podemos establecer un criterio de jerarquización para darle prioridad y orden a los trabajos que deben realizarse en una reforma integral, entre los cuales podemos mencionar los siguientes:
· Obtener la permisología
· Distribuir los espacios
· Seleccionar los materiales
· Iniciar la demolición
· Adecuar el sistema eléctrico y la fontanería
· Colocar el revestimiento en las paredes y suelo
· Abordar la carpintería y el mobiliario
· Pintar y decorar
Como podemos apreciar, son muchas las etapas involucradas en una reforma integral de un piso, y además, cada una de ellas amerita actividades adicionales que complejizan aún más este proceso. Por ello, veamos a continuación un desglose más completo de cada etapa.
Por lo general, un trabajo de reforma integral debe contar con el aval de las autoridades municipales o locales, y esto dependerá de las normas que rigen esta actividad, del tipo de reforma a ejecutar, así como del lugar en donde se llevarán a cabo los trabajos.
En la mayoría de los casos, durante una reforma integral se distribuyen nuevamente los espacios, de esta forma se optimiza su uso y se adecuan a las necesidades de quienes habitan el lugar. Por ello, la distribución y adecuación de los espacios es una de las primeras actividades a realizar en una reforma.
Antes de comenzar una reforma integral, es muy importante seleccionar los materiales que se utilizarán con suficiente antelación, de esta forma nos evitaremos posibles retrasos o contratiempos. En esta fase del proyecto debe producirse una simbiosis entre la empresa de reformas y el propietario de la vivienda, con la finalidad de mantener coherencia entre el diseño y el estilo particular del usuario.
Esta etapa de la reforma consiste en demoler toda la tabiquería antigua, incluyendo los revestimientos en suelo y pared. Como es lógico suponer, esta es la fase que produce más sucio y escombros, por lo que debemos tener la precaución de ir recogiendo y limpiando en la medida que sea posible.
Con el lugar descubierto, el siguiente paso será revisar el sistema eléctrico y la fontanería, para sustituirlo o adecuarlo a las nuevas exigencias en esta materia. En algunos casos no será necesaria la sustitución completa del sistema, sin embargo siempre será importante la revisión de las tuberías y conexiones para constatar que funcionen adecuadamente.
En esta fase de la reforma se lleva a cabo la colocación de materiales para revestir las paredes y el suelo de la vivienda. Actualmente, el mercado ofrece una variedad de opciones para embellecer y proteger nuestro hogar, como por ejemplo, el gres porcelánico, mármol, granito, azulejo, madera, piedra natural, acero inoxidable, entre otros.
La carpintería y el mobiliario en una reforma son fundamentales, ya que no sólo aportan funcionalidad a los espacios, sino que además, son el completo ideal para enmarcar el diseño original del proyecto. A este respecto, podemos destacar los gabinetes para la cocina, los muebles para el baño, los closet, así como las puertas y ventanas.
El último paso de una reformas es la pintura y la decoración, para ello tenemos una paleta de colores casi infinita con la cual podemos jugar; y para decorar, nuestra imaginación será el límite, ya que podemos conseguir diferentes objetos, artículos o piezas decorativas que encajen a la perfección con el estilo final de la reforma.
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